dijous, 17 de març del 2016

La disparé hace 7.390 días


Las grandes campañas de perfumes no solían hacerse en nuestro país ni creo que se hagan ahora, ya que éstas, normalmente, suelen crearse bajo la protección y supervisión de las grandes y poderosas compañías de cosmética de las cuales carecemos. Debo reconocer, y me satisface, que de las pocas que se hacían en Barcelona en algunas ocasiones merecí la confianza de la única compañía potente existente en el país. 

La disparé hace 7.390 días y por lo que sigo viendo hoy en dia los canones publicitarios que se aplican en el momento de crear campañas destinadas a perfumes masculinos siguen siendo los mismos: lujo, glamour, coches y mujeres, paisajes exóticos, motos, aventura, deportes varios,… De todos estos estereotipos la agencia de publicidad Valverde de Miguel, una moderna de la época, decidió aplicar la moto, pero para darle algo de notoriedad seleccionó un ejemplar de coleccionista. 
Aprobado el presupuesto de la sesión fotográfica y firmado el acuerdo de la cesión de los derechos de autor de las imágenes (años, países, medios…) me centre en la planificación de la sesión fotográfica. 

Modelo seleccionado, vestuario confirmado, moto localizada, equipo habitual reservado…todo iba encajando hasta que el plató idóneo para descargar sin dificultades la moto de colección me informan que –se han equivocado al confirmarme la reserva y que no puedo disponer de él- lamentan el error, pero los días que me ofrecen yo no puedo disponer del modelo y como retrasarlo era inviable opté por hacer la sesión en Day Light, plató situado en una casa noble de la zona alta de Barcelona, al cual todo aquello que no era posible subirlo por las escaleras al cuatro piso, había que hacerlo por un polipasto de cable exterior. Éste era fiable, seguro, potente… cualidades que en un primer momento no parecieron complacer al dueño de la moto. 
Utilicé toda mi magia y me esforcé al máximo para ganarme la confianza del coleccionista (tarea nada fácil) para que nos autorizara a subir la moto, estrella de su colección, mediante el polipasto de cable exterior. Finalmente y con mucho tiempo de retraso pudiéramos disponer de la moto en el plató e iniciar la sesión fotográfica para Massimo Dutti que transcurrió con total entendimiento y plena complicidad con el modelo. 

La sesión se planteó con originales B/N y color, todo el vestuario y atrezzo era de gama negra y gris y el fondo blanco. Como el plató disponía de luz natural cenital envolvente, estudié una iluminación para destacar los matices de negro e iluminé la imagen con un proyector fresnel de HMI empleando pantallas blancas y metalizadas para destacar brillos y pequeños toques que centraban la imagen en la diagonal moto-modelo. Trabajé con la Hasselblad 201F con la óptica f-2 de110mm.que me permitía una aproximación muy realista al modelo con una profundidad de campo aceptable. Utilicé película T Max 100 y Ektachrome 100 S para conseguir una mayor saturación en el tono de piel.