dilluns, 30 de novembre del 2015

La disparé hace 6.710 días


Aunque parezca que hay muchas cosas que un fotógrafo: sobradamente preparado, hábil, experimentado, con un buen equipo, conocedor de los recursos que la técnica ofrece… puede aplicar ante cualquier problema que se presente en una sesión fotográfica, yo diria que uno sólo puede salirse airoso de una situación complicada manteniéndose calmado, sereno y dispuesto a adaptarse a la nuevas circunstancias. 

La disparé hace 6.710 días y puedo asegurar que jamás olvidaré esta sesión, por muchos días, meses y años que transcurran, y -al hacer esta afirmación tan categórica- no me refiero a que viajé hasta Paris para las tomas fotográficas, sino porque tuvimos que sustituir la modelo seleccionada cuidadosamente para el target de la campaña por otra cuyo look y acting nada tenia que ver con la contratada. 

Paris es una fantástica ciudad que por muchas veces que la hayas visitado siempre te cautiva y todo el equipo estábamos exultantes, felices… por sumergirnos en su magia y hacer un buen trabajo. Planificamos un denso, pero factible plan de trabajo con una colaboradora, habitual, de la revista Marie Claire. Ella se encargó de gestionar los pertinentes permisos (muchos y de elevado coste) para poder tomar las fotos en los espacios que desde Barcelona habíamos seleccionado, contrató una location van de tamaño adecuado para el equipo, la empresa de catering… La llegada al hotel fue algo decepcionante, ya que nos lo imaginábamos más grande y, también, algo más glamuroso, pero lo que nos sobresaltó fue cuando la modelo nos comunica -que prefiere quedarse en cama y que no vendrá con nosotros a cenar, ya que no se encuentra bien-. Debo decir que en aquel momento no me alarmé, ya que suelen utilizar esta excusa (las modelos) para no incorporarse al equipo. 

El dia de autos la modelo estaba realmente grave y tras una reunión con el equipo ejecutivo acordábamos que el cliente se ocuparía de contactar con algún familiar de la modelo para que viajara desde Bruselas (lugar de residencia de ésta) hasta Paris para recogerla, ya que ella no podia viajar sola y Teresa se centraría en localizar a otra modelo. Tres horas más tarde de lo previsto nos pusimos en marcha e iniciamos una de la sesiones más agridulces que recuerdo haber realizado, ya que la modelo que encontramos como substituta no tan solo no daba el acting deseado sino que ella hubiera necesitado una talla más de la que nosotros disponíamos. El espíritu y filosofia de la campaña había sido dinamitado, ya que habíamos perdido a la modelo seleccionada, muchas horas de buena luz y algunos permisos, por eso decidí que para ganar tiempo improvisaría los lugares donde fotografiar, eludiríamos a la policia, madrugaríamos y aprovecharíamos la noche para trabajar en el hotel. 

La modelo era guapa y colaboró al máximo y una vez superada la crisis creo que el plan B funcionó, ya que los originales obtenidos así lo demuestran. Tomé la imagen con las primeras luces del dia, en el puente de “les Invalides” con el fondo de la “Tour Eiffel” aprovechando el ángulo bajo de la iluminación solar, y la alta temperatura de color de la luz con un punto de vista que no delatara el desfase de talla en el vestido de la modelo. Trabajé con la Nikon F3, una óptica de 180 mm f 2,8 y transparencia Ektachrome 100 sin apantallar y quitando el filtro skyligth (Wratten 1A) que casi siempre llevo en las ópticas. 

Es evidente que no regresamos a Barcelona exactamente con aquello que se nos había encargado y, aunque no lo comprendo, acepto que el cliente se quedara ligeramente insatisfecho.