dijous, 10 d’abril del 2014

La disparé hace 6.690 días


No todos los proyectos fotográficos que he creado, ideado, propuesto… e incluso me han encargado se han materializado. Algunos han sido enterrados por mi mismo, por diversos y variados motivos; otros se han desestimado por aspectos socio-políticos; algunos los han abortado los responsables culturales que dirigen y están a cargo del arte y la cultura en nuestro país, … y el factor presupuestario, porqué no decirlo, ha devuelto a muchos de ellos al cajón de “lo que pudo haber sido y no fue” o sea el “nunca jamás”. 

La disparé hace 6.690 días y ella estaba destinada a un proyecto editorial sobre la ciudad de Tàrrega que no cuajó a causa de una serie de desavenencias y rencillas entre dos de las fuerzas vivas en aquellos años de la capital de la comarca del Urgell. 
Una serie de fotografías nocturnas era uno de los ejes narrativos de mi proyecto fotográfico en formato de libro, y por eso me dediqué a ello algunas noches de invierno para aprovechar al máximo la soledad de los espacios, la niebla que suele cubrir la ciudad, y por las características del proyecto solicité permiso a la Policia Local. 
Dado el concepto que quería darle a las imágenes nocturnas, éstas no podían ser simples tomas de la realidad, ya que me interesaba obtener una inter relación espacial con el entorno que potenciase una nueva visión del conjunto, puesto que estas imágenes prepararían e introducirían al lector a las tomas diurnas completando así el diálogo y comunicación entre ambas. 

Con la Hasselblad Súper Wide que me potenciaba los ángulos y evitaba distorsiones si la posicionaba convenientemente, varios trípodes como soporte, unas viseras cremer y cinefoil para eliminar reflejos innecesarios, la plancha de la esmaltadora de copias blanco y negro doblada y fijada de forma que el reflejo que me daba quedase integrado en una única toma y con mi asistente Miquel Àngel empecé, en plena noche de invierno pelado de frío, a crear la imagen que había planteado y visionado en mi cabeza. 
La dificultad estaba en como situar la brillante plancha doblada en el punto exacto, para incluir el reflejo en la captura, ya que la Hasselblad Súper Wide no es réflex y el visor es externo. Posicioné la plancha sujetada a medio aire. En el lugar del chasis, situé una pantalla esmerilada trabajando con la Hasselblad Súper Wide como si fuese una cámara de banco óptico. El momento de disparar era vital, ya que todo debía coincidir perfectamente, puesto que mi idea era un único y completo negativo sin encuadres posteriores. 
A pesar de que la Hasselblad Súper Wide tiene una focal extrema angular, debía controlar el foco y la profundidad de campo de la plancha situada muy cerca de la óptica. Con la ayuda de un cuenta hilos fui buscando el diafragma idóneo, ya que a simple vista era imposible verlo. Trabajé con film Plus X de 120 diafragmado a f.11 y una larga exposición. 

Al analizar como realicé algunas imágenes que están en mi archivo, sin la colaboración de Photoshop no me sorprendo, ya que cuando los fotógrafos no disponíamos de él enfocábamos nuestros proyectos creativos con altas dosis de imaginación (igual que ahora) y utilizábamos todas las armas y herramientas posibles a nuestro alcance (como actualmente) para obtener la imagen que buscábamos. Nada ha cambiado en la necesidad que tiene el fotógrafo / artista en crear y comunicar, simple y llanamente ahora tenemos y disponemos muchísimos más caminos y opciones entre las que elegir para llegar a resultados óptimos.